Probablemente hayas escuchado mucho sobre la importancia de tener un
estilo de vida saludable y cómo este puede ayudarte a disfrutar una
mejor calidad de vida e incluso a poder vivir más tiempo. Pero tu vida no tiene por qué cambiar drásticamente para que esto sea posible.
De hecho, cada vez hay mayor evidencia de que tomar acciones
sencillas, diarias puede ser sorprendentemente poderoso. “Ahora es mucho
más frecuente ver estudios que muestran que determinadas estrategias pueden ayudar a reducir el riesgo
de muchas enfermedades”, dice Robert Ostfeld, M.D., fundador del
Programa de bienestar cardíaco en Montefiore Medical Center en New York
City.
Un buen ejemplo: las personas que no fumaban, que llevaban una dieta saludable, que realizaban suficiente actividad física
y que bebían alcohol con moderación tenían 63% menos probabilidad de
morir en los siguientes 20 años, según una investigación de los Centros
para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC).
Un estilo de vida saludable puede reducir significativamente los
riesgos de cáncer. Hay estudios que calculan que los adultos que se
mantienen en un peso razonable, son activos físicamente, llevan una
dieta saludable, limitan su consumo de alcohol y no fuman tienen 36% menos probabilidad de que les diagnostiquen cáncer y 40% menos de que mueran de esa enfermedad.
Y un estudio publicado en 2015, en la American Journal of Kidney Diseases,
comprobó que aquellos con enfermedad renal crónica a quienes se les
hizo un seguimiento de 4 años y que dieron pasos similares, redujeron su
riesgo de muerte en un 68%, comparado con otras personas con
enfermedades renales.
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