Como un tendido eléctrico que lleva la luz desde una usina hasta los hogares, la médula espinal comunica a las extremidades los movimientos señalados por el cerebro. Cuando algo falla en la red, el suministro se corta.
Por eso, cuando se produce una lesión grave en la espina es común que las personas queden paralíticas, ya que los impulsos eléctricos emanados por el cerebro no llegan a las piernas.
Científicos estadounidenses de las universidades de Louisville y California se preguntaron qué pasaría si pudiera regenerarse la conexión interrumpida. Entonces desarrollaron un dispositivo que estimula eléctricamente la médula y permite recobrar ciertos movimientos a personas que perdieron el control de sus piernas.
Andrew Meas, Dustin Shillcox, Kent Stephenson y Rob Summers se sometieron al tratamiento en el Centro de Investigación de Lesiones en la Médula Espinal de Kentucky, perteneciente a la Universidad de Louisville. Los resultados fueron asombrosos.
Por eso, cuando se produce una lesión grave en la espina es común que las personas queden paralíticas, ya que los impulsos eléctricos emanados por el cerebro no llegan a las piernas.
Científicos estadounidenses de las universidades de Louisville y California se preguntaron qué pasaría si pudiera regenerarse la conexión interrumpida. Entonces desarrollaron un dispositivo que estimula eléctricamente la médula y permite recobrar ciertos movimientos a personas que perdieron el control de sus piernas.
Andrew Meas, Dustin Shillcox, Kent Stephenson y Rob Summers se sometieron al tratamiento en el Centro de Investigación de Lesiones en la Médula Espinal de Kentucky, perteneciente a la Universidad de Louisville. Los resultados fueron asombrosos.
Todos ellos habían sufrido accidentes que los dejaron sin movilidad de la cintura para abajo hace, por lo menos, dos años. Sin embargo, muy poco tiempo después de que comenzara la estimulación, todos ellos empezaron a mover sus piernas.
La doctora Claudia Angeli, una de las investigadoras que llevó adelante el estudio, contó a la BBC los cambios experimentados por los pacientes. "Muchos lo describieron como volver a vivir", dijo.
Más allá de lo que significó para ellos sentir nuevamente sus piernas, otros órganos empezaron a funcionar mejor, como la vejiga y el intestino. Además, recuperaron parte de la masa muscular perdida.
Si bien esta terapia no puede devolverles la facultad de caminar, ni les ofrece movilidad permanente, ya que sólo pueden utilizar el dispositivo eléctrico algunas horas por día, supone un avance científico significativo.
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