España repatrió en 2013 a un total de 23.889 inmigrantes irregulares, un 10
por ciento menos que en 2012, y sin embargo denegó a más personas la entrada por
puertos y aeropuertos, según un informe del Ministerio del Interior publicado
ayer.
El número de denegaciones de entrada al país por puertos y aeropuertos
aumentó un 0,7 por ciento, a un total de 8.704 personas, frente a las 8.647 de
2012, por lo que fue la única forma de repatriación que aumentó durante el
pasado año en comparación a 2012.
El informe da cuenta de que se redujeron un 11 por ciento las expulsiones de
personas interceptadas sin documentación, hasta 8.984, y las devoluciones de las
que trataron de entrar en España por puestos no habilitados como fronteras
descendieron un 21,2 por ciento.
Sobre la llegada de inmigrantes por las costas españolas, el Ministerio
destacó que en 2013 entraron 3.237 inmigrantes frente a los 3.804 del año
anterior, lo que supone un 15 por ciento menos y un 90 por ciento de reducción
respecto al año 2006, cuando se registró el pico más alto con 39.180
personas.
Pese a este descenso en la entrada por las costas, la presión migratoria
sigue centrada en las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, en el norte de
África y fronterizas con Marruecos, donde las fuerzas de seguridad detectaron la
entrada de 4.235 inmigrantes irregulares, un 49 por ciento más que en 2012.
Si se suman las personas interceptadas tanto en las costas como en estas dos
ciudades españolas, ascienden a un total de 7.472, lo que supone un aumento del
12,4 por ciento en relación a 2012, según el informe.
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