8 de abril de 2014

La cúpula de gobierno en Ucrania acusa a Rusia de desestabilizar adrede la situación en el país.

Ucrania.- El traslado masivo de unidades especiales ucranianas al este del país, de mayoría rusa, incrementó hoy las tensiones entre Kiev y Moscú, que acusó a los ucranianos de acciones que "podrían provocar una guerra civil".

Tropas del Ministerio del Interior ucraniano expulsaron entretanto de la sede de la administración local en la ciudad de Járkov a los activistas prorrusos que se habían atrincherado en el edificio y detuvieron a 70 personas.

Las fuerzas se seguridad tomaron el control, indicó el jefe de la administración regional, Igor Baluta. El Ministerio del Exterior ruso había advertido poco antes a Kiev sobre las consecuencias de una intervención militar.

"Exigimos paralizar de inmediato todos los preparativos militares que podrían provocar una guerra civil", señaló el ministerio en Facebook. Los derechos y libertades, incluso la vida de los ucranianos, están en peligro, subrayó el mensaje. Moscú ya había asegurado que de ser necesario protegería militarmente a sus ciudadanos en el país vecino. Por su parte, Baluta subrayó que la "operación antiterrorista" contra los separatistas en Járkov continúa. El presidente interino, Alexander Turchinov, que ordenó el operativo, acusó a los activistas prorrusos de emplear las armas. El ministro del Interior ucraniano en funciones, Arsen Avakov, informó que tres funcionarios resultaron heridos. El gobierno prooccidental de Kiev acusa a Rusia de intentar desestabilizar la situación con provocadores a sueldo. Durante la noche hubo en Járkov enfrentamientos callejeros entre partidarios y detractores del gobierno de Kiev. Las fuerzas prorrusas exigían -al igual que en la ciudad oriental de Donetsk- la independencia de Ucrania y anunciaban un referéndum sobre el futuro estatus de la región como el que se celebró en Crimea. La administración municipal en Donetsk sigue de momento en manos de fuerzas leales a Moscú. En la ciudad de Nikolayev, al menos 15 personas resultaron heridas -según medios locales-, cuando activistas prorrusos atacaron un edificio de la administración. Unos 20 agresores fueron detenidos. La cúpula de gobierno en Ucrania acusa a Rusia de desestabilizar adrede la situación en el país, que en siete semanas celebra elecciones presidenciales, con provocadores a sueldo. Analistas occidentales señalan que se trata de la más grave crisis que atraviesa Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

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