El número de transmisiones del VIH a niños ha bajado un 50 por ciento en los últimos cinco años gracias a un aumento generalizado del acceso al tratamiento antirretroviral entre las embarazadas, según un informe de la agencia de Naciones Unidas contra el Sida (ONUSIDA) publicado hoy.
En 2015, cerca del 77% de las mujeres embarazadas con sida tuvieron acceso a medicamentos para prevenir la transmisión del virus, lo que ayudó a reducir los nuevos contagios a niños a 150.000, frente a los 290.000 casos registrados en 2010.
Actualmente, un total de 18,2 millones de personas en todo el mundo reciben tratamiento antirretroviral, lo que ha reducido en un 45% el número de muertes por sida en la última década, detalla el informe presentado en Windhoek, la capital de Namibia.
Seis de cada diez personas que reciben este tratamiento viven en África oriental y meridional, donde 19 millones de personas -la mitad mujeres- viven con la enfermedad.
"Hace apenas dos años, 15 millones de personas accedían a tratamiento antirretroviral, y hoy más de 18 millones están con tratamiento y las nuevas infecciones han caído entre los niños", destacó el presiente de Namibia, Hage Geingob, durante la presentación del estudio.
Cerca de la mitad de estas nuevas infecciones en niños se produjeron durante la lactancia materna, lo que indica que se podrían evitar si se amplían las pruebas de detección del VIH entre las embarazadas.
Aunque el número de muertes relacionadas con el sida ha bajado significativamente (de 2 millones de personas en 2010 a 1,1 millones en 2015), la ONU sigue preocupada por la elevada tasa de nuevos contagios entre los adultos.
Desde el 2010, advirtió, no se ha registrado ningún descenso en las nuevas infecciones por el HIV en adultos, y cada año cerca de 1,9 millones contraen la enfermedad.
Las mujeres jóvenes son el grupo más vulnerable, ya que en los últimos años sólo se ha reducido el número de contagios en un 6%.
En el informe también se alerta de que los nuevos contagios continúan aumentando entre los consumidores de drogas inyectables (un 36%) y entre los homosexuales (un 12%) y se mantienen entre las trabajadoras sexuales.
En este sentido, la ONU insistió en la necesidad de aumentar las inversiones destinadas a la lucha contra el sida con el objetivo de poner fin a la epidemia en 2030, uno de los objetivos de la agenda para el desarrollo impulsada por la organización. EFE
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