Este 18 de abril celebramos en la nación el día del Locutor, propicia es la ocación para enviar un caluroso y afectuoso saludo a cada uno de ellos/llas; deseando que sus metas y anhelos tengan cumplimiento en el tiempo que Dios así lo permita.
Reflexionar a mis 62 años acerca del Locutor habiendo agotado una agenda de ejercicio radial de alrededor de 40 años al lado de verdaderas estrellas de la radio, y como diría el Pachá, "estrellas por siempre", es un compromiso con la calidad y la excelencia.
José Miguel Román, el Cafre, es fruto de esa época de oro que ha dejado huellas en materia de animación, escribiendo una historia con cincel de hierro y punta de diamante, y a quien habrá que reconocerle su trabajo y la diversidad de dones para ejercer la profesión.
El vive en un baño de pueblo permanentemente, solo falta que el organismo correspondiente, Acroarte, levante las manos de este "Soberano de la animación en la televisión y en la radio".
Cafriaoo, como te iniciaste en la locución?..." Esta inquietud, diría yo, se forjó desde que estaba en el vientre de mi madre doña Tala, nací en el barrio Jhonnny Pacheco, los Pepines, era un activista de serenatas y ahí imitaba a Fausto Rey, esto me fue llevando hacia la comunicación radial, en 1974 comencé a relacionarme mediante llamadas y a visitar las emisoras, luego hacía mandados a los locutores, organizaba discos, y más luego era disk jockey en el Hoobbie, Picnic, Jetset y otras de la época
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