19 de enero de 2020

El miedo de los buzos

Llegar al vertedero de Duquesa es arduo, consta de caminos que no se pueden considerar como calles, dado el abundante barro, los hoyos y las zanjas, condiciones que temen los choferes de hasta los más grandes camiones, ante la posibilidad de quedarse atascados.
Por estas vías transitan cotidianamente, además de camiones y transportes con desechos, miles de personas, ya sea a pie o en motocicletas, que califican el vertedero como su zona de trabajo y la única posibilidad “seria” de sustentar su vida.
Esta travesía por caminos irregulares es solo el inicio para los trabajadores informales, conocidos popularmente como “buzos”, quienes diariamente se sumergen entre lo que algunos desechan como basura, para buscar objetos que puedan generarles ganancia al ser reciclados.
“Las condiciones de los caminos es lo de menos”, dice Horacio, uno de los buzos que descansa durante su hora de almuerzo. Acción siguiente, levanta la mirada y señala la montaña de basura que da la bienvenida a aquellos que atraviesan la puerta del vertedero “ahí inicio el verdadero fuete”.

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