A sesenta y siete años de su fundación, la maternidad Nuestra Señora de la Altagracia enfrenta una cruda realidad: los casi 300 recién nacidos fallecidos en este 2016.
Las cifras de fallecimiento de neonatos muestran un incremento del 3 % en la tasa perinatal respecto al año 2015. Los números son alarmantes, en el primer semestre del año 2016 se registraron 6,544 nacimientos, de los cuáles 231 bebés no sobrevivieron; para el 2015, nacieron 7,284 niños y se registraron 239 decesos.
Las matemáticas son exactas, para el mismo periodo, de enero a junio, en el 2016 la tasa es de 35 muertes por cada mil nacidos frente a las 32 muertes del 2015. Para los meses de julio y agosto fallecieron 55 y 51 recién nacidos respectivamente.
La improvisación como base del problema
Como consecuencia del conato de incendio ocurrido en agosto del 2014 en la sala 205, donde funcionaba un área improvisada de Neonatología, en espera de la terminación de la Unidad de Cuidado Intensivo Neonatal, se abrió la Unidad de Recién Nacidos, sin las condiciones necesarias.
La improvisada área de recibimiento carece de las requisiciones básicas para su operatividad. El recién nacido solo debería permanecer el tiempo necesario para su asistencia inicial, pero permanecen en condiciones deficientes, apretujados, largas horas que se convierten en varios días, y que muchas veces provoca la muerte de los neonatos.
A raíz de la remodelación del hospital, aún en proceso, espontáneamente se conformó la sala 203 como el área de recibimiento, al lado de una también imprevista sala de partos, que realmente no es más que “un cuello de botella” donde permanecen los bebés hacinados y pendientes de traslado a Cuidado Intensivo hasta 72 horas.
Hasta siete recién nacidos son colocados en una sola cuna térmica, algunos de menos de un kilogramo. Al fallecer un recién nacido en Intensivo, de inmediato en esa incubadora se coloca otro recién nacido en estado delicado, sin que haya apenas tiempo para cumplir con los protocolos de desinfección de la incubadora.
La Unidad de Cuidado Intensivo dispone de 70 incubadoras, aunque por razones de mantenimiento y reparación, solo están disponibles 60. En muchas ocasiones hay 110 y 120 recién nacidos ingresados entre incubadoras y cuneros, distribuidos en la UCI y la sala de recibimiento.
Cuando los recién nacidos son trasladados a cuidados intensivos ya se encuentran en condiciones de salud delicada, sépticos y con todas las complicaciones propias de la prematuridad, dado que el hacinamiento acentúa su debilidad y acelera su muerte.
El holocausto
Hay una alta incidencia de recién nacidos prematuros de pacientes que tienen su consulta prenatal en ese centro médico. A eso se suman los referimientos constantes de pacientes embarazadas de alto riesgo de diferentes lugares del país, especialmente del Sur y del Este.
También provenientes de clínicas privadas donde el médico se ve en la necesidad de referir pacientes que por sus bajos ingresos no pueden cubrir los gastos del parto.
La moderna Unidad de Perinatología concebida está siendo desbaratada por el colapso del sistema debido, en parte, a la política de la improvisación; se inician remodelaciones en diferentes hospitales sin hacer un estudio para la ubicación de los pacientes y la disponibilidad de personal.
El bajo nivel de escolaridad de las pacientes les impide darse cuenta cómo son violentados sus derechos y el de sus hijos.
A pesar de todo, los médicos que operan en la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia están conscientes de los esfuerzos realizados por la directora de la Maternidad para buscar soluciones alternativas, pero la magnitud del problema escapa de su control.
Hay un sentimiento de impotencia en los médicos, pero el profesionalismo y entrega los mueve a no frustrarse. Queda de los organismos pertinentes la implementación de soluciones que anulen las cifras de fallecimientos neonatales en la maternidad, hospital que el próximo 24 de octubre cumple 67 años de puertas abiertas.
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