Con toga y birrete en manos arribó a la Suprema Corte de Justicia, la cuestionada jueza Awilda Reyes Beltré quien anunció -como si ahí terminara la persecución en su contra- bajarse del paredón en el que supuestamente la colocó el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán, luego de que fuera imputada por el Ministerio Público por formar parte de una red de jueces corruptos que vendía sentencias y que estaba bajo la coordinación del miembro del Consejo del Poder Judicial Francisco Arias Valera.
“Estoy anunciando al país que he renunciado a mi función de juez de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, tras librar una lucha frontal contra la ignominia, el atropello y los desmanes del Faraón Mariano Germán y sus conmilitones”, manifestó en su alocución en la explanada de la Suprema Corte. Se recuerda que Awilda Reyes Beltré entregó cientos de miles de pesos que recibió de terceros para poner en libertad a delincuentes y criminales.
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