Tres cosas que te generan estrés sin darte cuenta y cómo eliminarlas.

El estrés es un enemigo silencioso y tiene formas creativas de darse en tu vida.

1. Falta de puntualidad: A pesar de que no parece importante, si quedas de verte con un amigo a cierta hora y llegas 5 minutos tarde, sentirás estrés lo quieras o no. E incluso, lo sepas o no. Este es un tipo de estrés silencioso que luego te hace sentir extraño e incluso afecta tu ritmo cardíaco y no tienes ni idea de lo que ocurre. Adquirir el hábito de ser puntual para todo sin importar qué tan irrelevante sea (como una llamada telefónica a tus padres) es clave para empezar a eliminar sentimientos innecesarios de estrés. Y obviamente, ser puntual en las cosas más importantes (trabajo y proyectos, tus hijos, etc.) también te hace sentir muy bien contigo mismo y te brinda mejores resultados en la vida.
2. El desorden: En ocasiones creemos que el estrés lo causan situaciones, o incluso las personas externas, pero algo tan simple como un escritorio desordenado le envía mensajes a tu mente subconsciente. Internamente puede que te sientas fracasado por ni siquiera tener un cuarto ordenado o una oficina organizada, y ello te genera estrés. Y no tiene que ser un desorden colosal, con que haya algunos papeles por aquí y un par de bolígrafos por allá, puede que tu mente ya convierta el ligero desorden una fuente de sentimientos negativos.
3. La multitarea y el deseo de controlarlo todo: Querer hacer varias cosas al tiempo, aunque nos hace creer que somos productivos, en realidad nos impide ser eficiente en todo lo que hacemos simultáneamente.
   Esto por lo regular va ligado a un sentimiento de querer controlar todo, tanto los procesos como los resultados, del trabajo, de la casa, e incluso de las demás personas. No sólo les pasa a las personas con problemas mentales o a los maniáticos, nos pasa a todos, sencillamente queremos que todo salga tal y como lo esperamos y deseamos que todo sea perfecto.
   Comprender que la vida tiene sus altibajos naturales y aceptar que sencillamente las cosas pueden salir mal, te libera inmediatamente de una gran carga. Es como si soltaras un maletín de 100 kilos que llevas en tu espalda los últimas 3 horas.
   La idea es ir poco a poco, una tarea a la vez y confiar en que las cosas salgan bien, sabiendo que si no, en realidad diste todo de ti, sobre el resto igual no tenías control.