El presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo
ayer que su decisión de no visitar la frontera sur durante su viaje a
Texas se debe a que sería "un teatro" que no resolvería la crisis
migratoria y negó que sus medidas ejecutivas sobre inmigración hayan
generado un efecto llamada para los niños centroamericanos.
"No
hay nada que esté ocurriendo en la frontera de lo que yo no esté
íntimamente al tanto y haya sido informado", dijo Obama en una
conferencia de prensa durante su visita a Dallas (Texas).
"Esto no
es un teatro. No estoy interesado en oportunidades de foto, sino en
resolver un problema", agregó el mandatario, quien ha sido criticado por
republicanos y activistas por no visitar la zona por donde entran una
media de mil niños y adultos centroamericanos cada semana.
El
mandatario aseguró que está dispuesto a considerar desplazar a más
agentes de la Patrulla Fronteriza en la zona de la frontera sur por
donde cruzan los niños centroamericanos, como le sugirió ayer el
gobernador de Texas, el republicano Rick Perry, que "cree que algunos
están demasiado lejos de la frontera".
Asimismo, anunció que el
secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, conversará sobre esa
posibilidad con autoridades de Texas cuando visite la frontera "a
finales de esta semana", por sexta vez desde que se detectó la crisis
migratoria.
No obstante, Obama afirmó que para considerar esa
medida es necesario que el Congreso apruebe antes su solicitud de 3.700
millones de dólares para ampliar la vigilancia en la frontera y los
recursos en los centros de acogida a los menores.
"El Congreso ha
dicho que quiere una solución al problema. La solicitud de fondos les
ofrece la capacidad de votar de inmediato para conseguirla", aseguró
Obama.
El mandatario rechazó las críticas republicanas de que él
mismo ha generado un efecto llamada al aprobar la Acción Diferida para
los Llegados en la Infancia (DACA), que entró en vigor en 2012, y ha
evitado la deportación de muchos jóvenes indocumentados.
"Si se
fijan en las pautas de inmigración, ahora estamos a un nivel
significativamente inferior en términos de flujo de inmigración ilegal
que cuando llegué al poder en 2008", se defendió.
Mantener DACA y
aprobar una reforma migratoria "permitirían reubicar recursos" para
hacer frente a la crisis en la frontera, dado que si los indocumentados
"tienen que ganarse la ciudadanía, pagando sus multas, ya no serán una
prioridad para las fuerzas de seguridad", argumentó.
Obama subrayó
que la crisis en la frontera es un "problema a largo plazo" y que para
resolverla será crucial "asegurarse de que los niños" centroamericanos
que emigran "pueden vivir de forma segura en sus propios países",
destinando "atención y recursos" a Guatemala, Honduras y El Salvador.
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