Los niños de hoy serán los adultos del mañana que formarán la sociedad del futuro. ¿Qué nos pide la sociedad actual? Nos pide personas capaces de liderar y convivir en armonía.
Cada niño es un potencial único, con capacidad de liderar sus propias vidas y nosotros somos quienes guiaremos ese proceso con nuestro ejemplo, sea de manera positiva o no. Tenemos la gran responsabilidad de formar niños con habilidades y competencias vinculadas al liderazgo.
El liderazgo infantil lo podemos cultivar en el núcleo familiar, proporcionando un buen ambiente. Muchas veces esto conlleva dedicación y continúa investigación para responder asertivamente al reto con nuevas estrategias que nos permitan guiar la generación por un camino de crecimiento.
1. Eduque en principios como la justicia, el respecto y la bondad. Estos no se cambian, ni se desvían, sino que emergen como valores, normas, enseñanzas.
2. Acepte a su hijo tal y como es. Imagínese cuantas personalidades de éxito pudieran haber quedado anónimas, de no haber contado con alguien que creyese en ellos. (Presidentes, científicos y artistas).
3. Instruya para un aprendizaje independiente, estimulando a su hijo para que estudie por motivación propia. Promueva momentos donde todos lean en familia. Un líder está informado.
4. Enseñe a su hijo a administrar poca cantidad de dinero, a jugar con el monopolio o cash-flow.
5. Promueva un ambiente seguro, donde el error sea parte del aprendizaje, reflexione con él, hablen de las consecuencias y como puede evitarlas en otra oportunidad.
6. Fomente la buena comunicación, permita que se expresen, utilicen la escucha activa, entendiendo lo que se le dice desde el punto de vista del otro. Esto les ayudará como líder a negociar.
7. Cultiva la disciplina: rutinas donde ellos colaboren en el hogar, determine los límites. Un líder tiene poder y sabe que debe usarlo para el bien de todos.