El comercio se considera como una actividad social y económica en la que se intercambian bienes y servicios, constituye un factor importante en la economía local, nacional e internacional.
En República Dominicana el comercio ha tenido un comportamiento histórico evolutivo y emergente a los cambios que se han ido generando en la sociedad.
Desde las primeras actividades comerciales que se conocen, la zona norte ha tenido una participación importante en este sector.
El sociólogo Félix Castillo explica que el comercio de la región norte tiene mayor presencia a partir del siglo XX, específicamente en la década de los años setenta, cuando se originó un proceso acelerado de migración, producto de la promulgación de Ley 299 de “Incentivos y Producción Industrial”, que consistía en la exoneración de impuestos en la compra.
“Con ese proceso industrialista se inició en Santiago el proyecto de las Zonas Francas Industriales, las cuales han sido plazas importantes de trabajo.
También han incidido en los cambios experimentados en el comercio de la calle Del Sol, que ha pasado de ser una ciudad aldeana, lenta y tradicional a una ciudad urbe”, precisa Castillo.
El presidente de la Asociación de Empresas del Centro de Santiago (Asecensa), José Octavio Reinoso, considera que en el centro histórico de la ciudad se encuentra la mayor concentración comercial de la región del Cibao.
Comerciantes que hacen historia
A principios del siglo XX la calle Del Sol se convirtió en el principal espacio comercial de Santiago. Allí nacieron diferentes establecimientos comerciales que todavía permanecen vigentes, y otros que han sido desplazados.
Esta calle es reflejo de historia, un poco de comercio, y ante todo, es patrimonio cultural. Cientos de personas confluyen diariamente en las principales intercepciones para trasladarse a los diferentes espacios laborales y para la adquisición de un producto.
La Sofía es un establecimiento comercial que ha permanecido en el tiempo. Su actual propietario, Francisco Alba, dice que la actividad comercial es dinámica y más competitiva, sin embargo, aclara que no ha sido fácil mantener un negocio por cien años con un público que está en constante cambio y demandas.
José Marcelino Fernández es uno de los propietarios de La ”pera, entidad que data del año 1925. El empresario entiende que el comercio de Santiago ha crecido, mientras que la ciudad ha cambiado muy poco.
José Ramón Espinal es el actual dueño de la Farmacia Jorge, que fue fundada en 1930; desde esa época se hacen fórmulas de algunos de los medicamentos que se venden. “Las variaciones que se han generado tienen que ver con los artículos. Antes, las personas creían en supersticiones y pedían mucho “agua milagrosa” y otros productos, por eso, estos servicios eran parte de la venta, actualmente no”, indica.
La Esquina del Calzado es una tienda dedicada a la venta de zapatos, se instituyó en el año 1997 producto del descenso y la desaparición de las cadenas de calzados. Abraham Mustafá Bretón es uno de los propietarios de este negocio familiar y afirma que la zona es un atractivo para las personas.
INVERSIÓN EXTRANJERA
A algunos de los propietarios les preocupa la proliferación de establecimientos chinos específicamente en el centro de la ciudad.
Marcelino Fernández al igual que Ivonne Muñoz entienden que si todos los comerciantes no pagan la misma cantidad de impuestos, estarían en una competencia que es “desleal”.
Más que comercio
Yvonne Muñoz es copropietaria de la tienda El Conde y explica que los negocios que se ubican en esta calle más que espacios comerciales son un pedazo de historia.
“Para mi padre, esta tienda representa una parte de él; con 45 años haciendo vida comercial en la ciudad, El Conde es parte de nuestra casa”, dijo Muñoz.
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