de meses de espejismo inmobiliario inducido por la pandemia, los precios de los alquileres residenciales en Nueva York han vuelto a dispararse pese a la incertidumbre sobre la vuelta a las oficinas, que en buena parte aún están vacías, y la oscuridad de los escaparates cerrados en el centro de Manhattan.
El avance de las vacunas, la retirada de restricciones y la relativa vuelta a la normalidad en el ocio están devolviendo a la Gran Manzana su estatus como una de las ciudades más atractivas del mundo para vivir, lo que ha disparado unos alquileres que llegaron a caer por los suelos para estándares neoyorquinos.
"El mercado giró en abril y cada mes se ha vuelto más ajustado. Ha sido mucho más rápido de lo que se anticipaba. Hay muy poco inventario para alquilar en la mayoría de distritos y está suponiendo un reto", señala a Efe Hal Gavzie, director ejecutivo de arrendamientos de la inmobiliaria Douglas Elliman.
Esa empresa señala en su último reporte, de agosto, que los nuevos contratos de alquiler residenciales en Manhattan, Brooklyn y Queens se han disparado a su mayor nivel desde 2008, haciendo desaparecer suculentas "promociones pandémicas" en las que se llegaron a ofrecer hasta 8 meses de alquiler gratuitos, en algunos casos.
"Está complicado encontrar algo si buscas alquilar, en algunos casos hemos visto a agentes anunciar un apartamento de una habitación en torno a 3.000 dólares y recibir un centenar de solicitudes en un día: es una guerra de pujas", apostilla Gavzie.
La economista Nancy Wu, del portal de alquileres StreetEasy, coincide en que este mes de septiembre el inventario de apartamentos en Nueva York bajó a niveles "no vistos desde incluso antes de que comenzara la pandemia", lo cual "probablemente significa que la recuperación de los precios del alquiler seguirá pronto".
Según los últimos datos de esa empresa, a finales de septiembre había unos 15.500 apartamentos disponibles, menos que antes de que comenzara la pandemia, con precios aproximándose a cifras previas a marzo de 2020, con los más altos en Manhattan (una media de 3.100 dólares) seguidos por Brooklyn (2.650) y Queens (2.250).
No obstante, la recuperación del sector no se traslada a la sociedad: hay mucha gente que sigue sin poder permitirse vivir en una de las ciudades más caras del mundo, y el estado recientemente ha aprobado una moratoria para los desahucios en propiedades residenciales y comerciales hasta enero.
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