Panamá.- Con fuegos artificiales y banderas panameñas al viento, un barco chino cruzó el domingo por la mañana las nuevas esclusas del canal ampliado, y Panamá puso en marcha su más ambiciosa empresa para mejorar su desarrollo económico pese a los vaivenes del comercio mundial.
Jalado por varios remolcadores, el portacontenedores “Cosco Shipping Panama” ingresó a las nuevas esclusas de Agua Clara en una mañana nublada en ese sector terminal de la provincia de Colón, a 80 kilómetros al norte de la capital.
Una banda recibió la embarcación al son de temas relacionados con la lucha por la soberanía sobre el canal, mientras que miles de panameños, entre los que se encontraban familiares de los siete obreros fallecidos en accidentes durante los trabajos, ondearon banderas del país.
“Esta es una ruta que ha sido utilizada por 500 años, uno no puede cambiar la historia”, declaró el presidente Juan Carlos Varela al llegar a las nuevas esclusas y en referencia a la tradición del istmo como punto de comercio.
“Es la ruta que une al mundo”, agregó. Panamá pone en marcha finalmente la apertura de una megaobra, a un costo inicial de 5.250 millones de dólares, con la que persigue duplicar la capacidad del centenario canal y competir con otras rutas, como la de Suez, en Egipto.
La obra se abrió casi dos años después de lo previsto debido a retrasos en la construcción y a conflictos por reclamos de sobrecostos, pero el gobierno y las autoridades del canal organizaron una gran fiesta masiva para la ocasión.
“Es una experiencia única, un gran logro”, dijo a la Associated Press Felicia Peñuela, ama de casa de 62 años oriunda de la provincia de Colón, que madrugó para estar en la ceremonia.
“Panamá demuestra al mundo que a pesar de ser un país pequeño, puede hacer cosas grandes”. El moderno barco chino, de 48,2 metros de ancho (158 pies) y 300 metros de largo (984 pies), que ahora es capaz de cruzar el canal, fue asegurado por obreros del canal en la cámara baja o primera, dando paso a un acto protocolar de las autoridades, en que se recordó a los trabajadores muertos.
Los organizadores lanzaron fuegos artificiales en el momento en que se abría la primera compuerta de las esclusas.
Después de la ceremonia, la embarcación seguía su proceso de esclusaje para continuar tránsito por la zanja marítima con rumbo a las nuevas esclusas del Pacífico, donde se montaba el acto principal con la presencia de otras decenas de miles de personas y varios jefes de Estado, entre ellos las líderes de Chile y Taiwán.
Panamá se embarcó en la expansión del canal ocho años después de que la vía interoceánica, por donde pasa el 6% del comercio marítimo mundial, fue transferida por Estados Unidos, el 31 de diciembre de 1999, y un siglo después de que los norteamericanos la abrieran a través de una zanja de 80 kilómetros entre el Atlántico y el Pacífico que acortó distancias a los barcos.
“Esta nueva ruta de tránsito es la punta del iceberg de un ambicioso plan destinado a reconvertir a Panamá en el centro logístico de las Américas”, manifestó el administrador del canal Jorge Luis Quijano durante el acto.
“Y representa una oportunidad significativa para los países de la región de mejorar su infraestructura, hacer crecer sus exportaciones”.
La inauguración llega, empero, en momentos en que el transporte marítimo mundial está deprimido debido a la caída de los precios del petróleo, una desaceleración económica en China, que es el segundo mayor cliente del canal, y otros factores que han afectado el tráfico de la vía acuática y los ingresos.
Aunque las autoridades prevén aumentar el comercio entre Asia y puertos en la costa atlántica de Estados Unidos, quedan dudas debido a que no todos los puertos están preparados para manejar los enormes buques de carga de clase Neo-Panamax.
El volumen neto de carga a través del canal de la costa oriental de Asia hacia Estados Unidos cayó un 10,2% en 2015, según estadísticas oficiales.
Mientras tanto, el Canal de Suez en Egipto recientemente redujo las tarifas hasta 65% en el transporte de contenedores grandes en un intento de mantener su tráfico.
Pero Manuel Benítez, subadministrador del canal, dijo que prefieren ver las cosas a futuro y subrayó los beneficios que daría la obra a la economía de escala mundial, acortando tiempo y costos a las grandes embarcaciones.
Refirió que ya han hecho 166 reservas de barcos que utilizarán la vía ampliada en los próximos meses. “Estas son cuestiones cíclicas; el mercado se va a volver a recomponer y para cuando vayamos de nuevo en el ciclo de arriba, el naviero va a hacer plata y el canal de Panamá va a hacer plata”, pronosticó.
Desde su paso a control panameño a finales de 1999, el canal ha generado cerca de 10.000 millones en ingresos directos a la nación centroamericana y es responsable de aproximadamente el 40% de su PIB, debido a las actividades que se desarrollan a su alrededor.
Originalmente planeada para abrir en octubre de 2014 para que coincidiera con el centenario del canal, las nuevas esclusas pueden acomodar los barcos que llevan hasta tres veces la carga de los más grandes que utilizan las viejas estructuras.
Grupo Unidos por el Canal, el consorcio encabezada por la empresa italiana Salini Impregilo y la española Sacyr, entregó la obra terminada el viernes, aunque una serie de demandas siguen pendientes por casos de presuntos sobrecostos estimados en más de 3.000 millones de dólares.
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