Decenas de habitantes de los cerros Rocuant y San Roque escarbaban el miércoles entre las ruinas de las que fueron sus viviendas, y desesperados pedían palas, máscaras, guantes y agua para asegurarse de que un rebrote entre los restos humeantes no reavive las gigantescas llamas que se llevaron sus casas.
“Se están haciendo las investigaciones y hay altísimas probabilidades de que este incendio sea intencional”, señaló el ministro de Agricultura, Antonio Walker, y añadió que la hipótesis también es contemplada por la Policía de Investigaciones y los Carabineros. No obstante, indicó que es difícil comprobar la culpabilidad.
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